Muchos creen que quienes lideran el cambio son mentes afiladas, que se centran en el consumo, la producción, la tecnología. Grandes estudiosos del todo, calculadores, objetivos, planeadores. Pero al parecer no. al parecer, los líderes de hoy en día, las ráfagas de innovación y el viento de cambio lo traen los hippies y su ideología. Mentes relajadas, con poca agenda, mucha intuición y gran corazón.
Alrededor de 1980 nació Silicon Valley. El pueblo ya existía, pero no era lo que fue, es y será. No estaba poblado, ni de gente ni de la más nueva tecnología que jamás el mundo haya visto. Fu en los ochentas cuando programadores, matemáticos, diseñadores, ingenieros y mentes brillantes del mundo, se fueron de sus casas (lugares de residencia) y se establecieron en un lugar que realmente contrastó, en sus inicios, con toda la maquinaria (mental y física) que esta gente traía consigo.
¿En qué basaron su pensamiento, los hippies?¿Y quiénes fueron?
Lo dijimos, programadores, ingenieros, matemáticos, mentes únicas; pero además de eso, estos jóvenes tenían algo más en común, la ideología hippie. Algo que no tenía que ver con su aspecto nerd, sus lentes, su aspecto básico, liso y monocromático. Algo que vivía debajo de su disfraz, su esencia, su alma, sus principios. La mayoría leía, seguía y predicaba al Dalai Lama, cuidaban su alimentación, leían, todo, mucho, no solo libros acerca de tecnología, también poesía. Les gustaba la música y asistían a conciertos y festivales (típicos de la época) en donde además de encontrarse con amigos y gente afín, encontraban sustancias como MDMA o LSD con quienes se emparejaban hasta altas horas del amanecer. Muchos eran estudiosos con una larga lista de títulos universitarios y maestrías y hasta doctorados, mientras que otros le hacían ole a la educación formal, entendiendo que no era ideal para ellos, armando comunidad con mentalidades similares con quienes soñaban (y planeaban con fecha y hora) cambiar el mundo. Si lo que están esperando son nombres, Steve Jobs y Bill Gates son algunos de quienes encabezaban esas listas.
Dijo el Dalai Lama hace algunos ayeres: “Hoy en día necesitamos hacer especial énfasis en educar a la gente, en recordarle a la gente que el afecto es un sentimiento muy importante. Con ese sentimiento fuerte, cualquier actividad humana puede convertirse en acción compasiva”. Bueno, ese grupo del que hablamos lo tenía muy claro. Las bases sobre las cuales se irguieron los cimientos tecnológicos más fuerte de nuestra era, fueron humanistas, humanos, cercanos. Y si bien suena contradictorio por un lado, por otro, es obvio, la conexión que tuvieron estos proyectos para con la gente fue única. Y esa es una de las bases de la hippies ideología.
Un breve paréntesis hacia el pasado y la hippies ideología
Si dejamos de lado a estos genios de la tecnología por un rato, y nos remontamos a sus tíos, primos mayores, jóvenes padres o amigos que seguramente pertenecieron a la comunidad hippie, debemos agradecerles.
Es obvio que los maestros de Silicon Valley tuvieron, en repetidas oportunidades, la posibilidad de convivir con los valores hippies y su ideología, sin duda, con famosos hippies de la historia y del movimiento. Tuvieron la posibilidad de ir a conciertos, de escuchar su música, leer sus libros. Pudieron absorber su filosofía y estudiar la hippies ideología de los sesentas y setentas y analizarla y juzgarla y despedazarla. No es casualidad que los ochentas explotaran de la forma en la que lo hicieron y dieran a luz a genios de la tecnología con bases tan con los pies en la tierra. No estamos ni estaremos seguros de cuándo comenzó a gestarse la semilla que dio sus frutos luego de los sesentas, pero en esta página, todos los que la formamos estamos seguros de que el movimiento y la hippies ideología seguro fertilizó la tierra, le echó mucha mucha agua y la mira crecer, despacio, con amor y claro, con paz.
En nuestros días tenemos muy normalizado el uso de teléfonos inteligentes que responden a gestos de nuestras manos o comandos de voz, pero si le hubieras contado de esta idea a un inversionista de mediados de los 80 del siglo XX probablemente se hubiera reído en tu cara. Y es que la mentalidad corporativa de los grandes nombres del mundo digital, de Google, a Intel, a Macintosh, a Sun Micro Systems, tienen en común que están acostumbrados a poner a prueba los supuestos básicos de la realidad occidental –cristiana, heteronormada, productivista–, no tanto para crear un cambio social, sino para inventar otras formas de socializar.
El final de un principio único para los hippies: ideología
Si tuviéramos que poner en una lista los peores enemigos de nuestra época y del progreso, lo que definitivamente encabezaría la lista sería el egoísmo, la avaricia y búsqueda de riqueza personal, la educación tradicional (tradicional y antigua, para ser más claros, la que no evoluciona), la obsolencia programada y la pelea contra el narcotráfico y las drogas. Suponemos que es discutible, pero sentimos que estos encabezan la lista. Lejos quedan atrás las épocas hippies e ideología donde todo era paz y amor.
Al estudiar cómo ocurrió todo en silicon Valley, y hacerlo a detalle, lo que se evidencia y sale a la luz es cómo los genios, los que más contribuyeron con los avances, fueron los que peor la pasaron, a nivel crítica, claro. Fueron y siguen siendo atacados por todos los flancos. Cuestionados. Entonces, no solo leyeron al Dalai Lama, no solo comulgaron con preceptos básicos del hippismo, no solo tuvieron una relación muy estrecha con la naturaleza y su ofrenda (toda, incluyendo la que los hacía viajar), sino que además, al igual que los hippies, logran cambios únicos y fueron criticados. Lo que crearon no fue el paraíso en la tierra, no fue la solución a problemas (muchos dirán que en ciertos aspectos de la hippies ideología, hasta trajeron aún más problemas). Además de avances tecnológicos generaron un nuevo grupo, una comuna consumista de gadgets y artículos de tecnología, unidos en la búsqueda conjunta de mayor conectividad con el resto del mundo. Y lo que logró este selecto grupo fue unir y hacer más fuerte a esta comuna, partiendo al mundo entero en mil pedazos, en muchos casos, pero en otros, los unió, los invitó a experimentar y seguir experimentando, con tecnología, con sustancias otras sustancias, con poesía, arte, creatividad, y ommmmmmm.
